En países que son potencias de la especialidad, como Francia, Italia, España, Alemania y Portugal, agrega, los karatecas viven completamente para entrenar y competir
No reciben la misma atención de un deporte olímpico como el taekwondo ni pueden dedicarse por completo a su disciplina. Sin embargo, el karate se las arregla para destacar y no se pierden las expectativas de hacer un papel digno en el próximo mundial de la especialidad, en Belgrado, Serbia, del 24 de octubre al primero de noviembre,
“Como nuestro deporte no es olímpico nos rezagan un poquito y no podemos dedicarnos completamente a esto; no podemos vivir como karatecas, como hacen los europeos, que son potencia”, dijo Mabel Cárdenas, integrante de la selección de 28 competidores en la ceremonia de abanderamiento, celebrada en las instalaciones de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y presidida por Bernardo de la Garza.
En países que son potencias de la especialidad, como Francia, Italia, España, Alemania y Portugal, agrega, los karatecas viven completamente para entrenar y competir. “En cambio, nosotros tenemos que dividirnos entre el deporte y otras cosas”, señaló la joven de 23 años, quien alterna su actividad deportiva –en la que obtuvo una medalla de oro y otra de plata en los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe–, con el estudio de una maestría en relaciones internacionales y su empleo como instructora de karate.
“No es queja ni mucho menos –aclara–, es obvio que las autoridades no nos dan la misma importancia porque no estamos en un ciclo olímpico. Sí nos apoyan, pero hay cosas extra. Ninguno en esta selección somos karatecas de tiempo completo”, agregó la joven, becada por la Conade y el estado de Nuevo León, de donde es originaria.
La distancia respecto de las potencias en este deporte aún son muy grandes, explica el seleccionado Homero Morales, medalla de oro individual y plata por equipos en los Centroamericanos de Mayagüez. La principal razón del crecimiento deportivo en esos países es que compiten frecuentemente y para los karatecas mexicanos es muy difícil reunir los recursos económicos necesarios.
“Para ir a una competencia mundial hay que hacer algunos sacrificios, hay que ahorrar. Recientemente fuimos a Francia y España, pero es difícil seguir el ritmo de los europeos.”
Para el viaje a este mundial los seleccionados pagarán sus propios alimentos, por lo que tuvieron que aportar 200 dólares cada uno. “Es la primera vez que sucede esto, pero parece que falta presupuesto”.
El presidente de la Federación Mexicana de Karate, Roberto Hernández García, señaló que han trabajado fuerte para que México regrese al medallero mundial. Después de conseguir medallas en 1990, tardaron 14 años en volver a ganar una presea.
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