Efectivamente, se podría decir entonces, sin miedo, alto y claro, que el kata sin bunkai (aplicación) no tiene sentido.
El kata sin bunkai es sólo kihon, un conjunto de técnicas encadenadas sin demasiada lógica, que solamente sirve para ejercitar el cuerpo en la técnica básica. Es una secuencia de movimientos, como podría ser cualquier otra, así que, en realidad, se podría descartar el kata y entrenar únicamente kihon… es lo mismo, y el resultado sería el mismo.
El kata sin bunkai puede ser buena gimnasia, pero sólo como ejercicio, el Karate no tiene nada de “especial”, ya que no es muy diferente de la danza, el aerobic, o la propia gimnasia. Y la verdad, desde el punto de vista de la mera actividad física, seguramente estas otras actividades serían más recomendables, ya que ofrecen los mismos beneficios para el cuerpo, y menos desventajas, ya que los movimientos son mucho más libres y fluidos, sin estar forzados a ajustarse a la (actualmente rígida) técnica de Karate. Y por cierto, la rigidez y/o falta de fluidez que se aprecia frecuentemente en los katas, entre otras cosas, también se debe al haber apartado el kata de la realidad del combate.“La gracia” de los katas está, se supone que está, o debería estar, en que los movimientos se supone que tienen significado, un significado directamente vinculado a la defensa personal. Y hago hincapié en “se supone” porque es “evidente” que ese significado se desconoce y está ausente en la mayor parte de la enseñanza y la práctica actual.
¿Es lógico pasarse años y años practicando técnicas sin llegar a saber nunca para qué sirven? No parece tener mucha lógica, no, porque eso significa que el Karate se ha convertido en una “cuestión de fe“… Pues efectivamente, así es: se practican las técnicas, los katas, o bien sin conocer su significado, o bien creyendo que se conoce, pero en cualquier caso, sin probar las técnicas ni preguntarse si verdaderamente se podrían utilizar de esa manera.
La “mente del principiante” a menudo pregunta: “¿esto qué es?“, “¿esto para que sirve?“, “y entonces, ¿qué harías?“, “¿y si… ?“, pero pronto se conforma con las respuestas de los que “saben más”, se “convierte a la fe”, queda “domesticado”, es feliz simplemente siguiendo a la manada, y a partir de cierto punto ya no siente la necesidad de preguntar nada…
“Shoshin o wasurezu“: ¡Nunca olvides el espíritu del principiante!; “En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la mente del experto, pocas“. Un Maestro es sencillamente “el eterno estudiante/alumno”, con esa mentalidad, siempre se puede seguir progresando. Si te crees que ya lo sabes, difícilmente tendrás la mente abierta a otras posibilidades. “Muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubieran creído ya suficientemente sabios” ( Cortesia de karate Dominicano)..
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